Anatomía de una mente perturbada

 Luego de tantos años de escribir mi blog empiezo a creer que no es tan buena idea mostrarme tan vulnerable en internet ante la mirada de extrañxs y cercanxs. Nunca lo había pensado porque siempre escribo -en todos lados, es un mal hábito- como si nadie lo fuera a leer y es que, siendo bien sincera, no pienso que alguien vaya a leerme.


Este blog empezó como una necesidad de hablar conmigo misma, simplemente porque no tengo muchas amistades y además de eso soy muy celosa de mi privacidad: Hablar en voz alta tampoco me funciona cuando soy consciente de que no me gusta hablar y ni qué decir de algún profesional de la salud mental, me gasto casi todo mi dinero en pisto y ocio. El blog parecía buena idea. No soy una escritora consagrada ni tengo legión de fans, a nadie le va a importar lo que comparta.


Bueno, lol, casi diez años después qué equivocada estaba.






No sé si diría que "me gusta escribir", no creo que sea un gusto sino más bien una necesidad. Si no escribo algo, aunque sea un tonto pensamiento random, me pudro por dentro. No importa dónde lo escriba o a quién le escriba o lo que escriba: Necesito poner en palabras aquello que en mi cabeza zumba.

Inicié escribiendo mi blog con muchas ideas en mente y debido a mi agitado estilo de vida de la licenciatura, cada semana tenía algo nuevo de qué escribir. Con el paso del tiempo y los cambios naturales, la velocidad de mis pensamientos o lo filoso de mis sentimientos evolucionaron. He pasado épocas muy emocionantes donde los temas nunca parecen terminar, he pasado épocas de sequía creativa. Desde mis ideas del mundo, mis sueños, mis obstáculos laborales, mis romances hasta mis episodios maniaco-depresivos, mi abuso de sustancias y cada mala decisión, mi vida en el blog tenía mucho futuro. 

Hasta el año pasado, en que todo se sentía tan muerto -estaba pasando por unas cosas difíciles- que pensé seriamente en dejar de escribir mi blog. Abandonarlo por completo. Su propósito de brindarme un espacio de reflexión había terminado, pero por alguna razón le he tomado un cariño inmenso -y seguramente nada sano- a este espacio: Blogspot, A Very Charlie Marian, la hoja en blanco, todo el diseño de colores que le elijo con cada nuevo año.

Amo mucho este lugar, aquí he crecido -ante el ojo público-, he sido una culera, he aprendido, he contado mis desgracias, mis cicatrices, mis malas decisiones y mis aciertos. Mis viajes, mis aventuras, mis miedos, todo aquello que no me deja dormir por las noches.

Y pensé que no importaba, que nadie lo leería, que realmente lo que pudiera estar pasando o viviendo sería algo tan insignificante y eso estaba bien porque nunca he buscado validación ni nada similar.


Este espacio es mío, por eso tiene mi nombre.



Aquí he revelado todo, me he desnudado emocionalmente tanto que ahora me resulta tan natural ir por la vida cínica y torpemente sincera. Nunca pienso en mentir, me gustaría tener ese instinto de cautela.

He escrito sobre mis sueños de volverme una escritora consagrada y que viva de ello, de mi complicada y muy intensa amistad con Karli, mis romances, el tormento mi ruptura con el mimors, de mi intento de suicidio, de mis viajes con mis amistades, las agresiones sexuales que he vivido, la funa en facebook, mi relación tan tensa y desagradable con mi hermana, la muerte de Gerardo, el suicidio de mi amiga, mi nula compasión hacia mí misma, mi vegetarianismo, las violencias que viví bajo la sombra del magisterio, mis miedos, la agonía, las palabras de amor que me han dicho y cada puntapié que me han dado.

Escribir es como proceso las cosas. Es como las entiendo, las siento, las vivo. Si no puedo escribir sobre algo, tengan por seguro que ese algo me va a matar.


Leer mi blog es más íntimo que coger conmigo, que verme llorar, que pasarme el papel de baño mientras lo estoy usando. Leer mi blog es como verme crecer, desde la distancia segura. Es mi, lol, autopsia de una mente perturbada (Y sí, digo autopsia porque soy yo quién la hace, soy yo quién se muere)

¿Pero qué pasa si alguien llega a este espacio? Alguien con malas intenciones. Tendrá toda esta información mía y podrá hacer uso de ella como quiera: Puede destruirme. Puede enamorarme. Si tiene tantita comprensión lectora, puede hacer de mis palabras toda una bala y dispararme al corazón.

Nunca me ha pasado, pero he vivido otras situaciones quizás igual de angustiantes.






Hace varios años, recibí una carta de alguien que no sabía que sería muy importante para mí. El mimors. Dijo que había encontrado mi blog y que había pasado toda la noche leyéndome, emocionado por mis aventuras, embriagado por mis palabras. Dijo "Esas letras me cautivaron, inmutable al paso del tiempo, la sentí cerca, como si ella fuera quien me estuviera hablando, susurrando, e incluso gritando".

¿Sería un presagio?

Ingrid, Monse, Karli, mis compañeros de la carrera, Rodolfo, Jules, mis agresores sexuales, Eduardo, Irais, mis amigas, mis parientes, mis amixes de internet, Cuadros, Uri...

No fue el primer comentario que recibí, ciertamente no ha sido el único. Nada de eso me ha detenido de expresarme, ¿Pero debería?

Ni siquiera Rodolfo con su mala intención y sus legiones de amistades de la prepa pudieron cerrarme. Ni siquiera cuando escribí ante el teclado llorando, borracha, enamorada, haciendo siempre el ridículo. Este lugar es mío, yo les doy permiso de leer lo que leen porque es mi decisión, pero todo esto es mío. Toma lo que quieras pero al final es mío y te lo arrebataré si eso quiero.

¿Pero si alguien quiere hacerme daño? Alguien que entre y lea todo, busque mis puntos débiles, entienda mis defectos, quiera mi corazón en su mano, ¿Podría tenerlo?

Me da miedo la idea pero también pienso que se ha de necesitar ser  particularmente una mala persona. Una persona mezquina.

Pero otra vez, si lo pienso, atenerme a la decencia de extraños es una cosa bien suicida.






"Tiendo a recordar más cosas de las que pones en el blog", eso dijo mi amigo Cuadros. No lo entendí en su primer momento: Mis posts suelen ser muy escuetos, la mayoría mal redactados porque estoy hasta el cuello de la emoción dominante, o ebria, o llorando. ¿Por qué iba a marcarle algo que encuentre por aquí, que escribo cada semana, que en nuestras conversaciones diarias?

Luego entendí un poco: ¿Será acaso que aquí me encuentro más encuerada emocionalmente que en el día a día? Claro que sí. En una conversación de uno a uno todavía puedo, aunque me tome minutos, tomar la posición defensiva y mentir. O evadir. O hacerme la loca.

¿Pero aquí? Aquí sólo soy yo y un vacío oscuro. Le estoy gritando a la nada. Sólo somos yo y yo misma, quitándose la ropa, los zapatos, el bra y las bragas. Me despeino.  Me asomo a mi reflejo en el agua limpia y peleo contra piedras hasta que los nudillos me sangren. Estoy sola.

Debería estar sola, pero en el momento en que le aprieto en "publicar" ya no soy sólo yo.

Nunca esperé que hubiera alguien más. No esperaba importarle a nadie.









Si han seguido mi blog, así fueran semanas, meses o años, quiero darles las gracias. No suelo revisar estadísticas pero sé que les mama cuando les hablo de mis aventuras románticas y mis pleitos. Gracias por no denunciarme con mis xadres, mis amigues, o en general con la policía. Gracias a quiénes me denunciaron con la psicóloga de la escuela. Gracias por enojarse, si se han ofendido y si su nombre ha desfilado por aquí es porque SEGURAMENTE SE LO MERECÍAN AND I REGRET NOTHING. Gracias por enamorarse de mí. Gracias por amarme. Gracias por no odiarme y por no tenerme lástima. Gracias a quiénes creen que soy una buena escritora. Gracias por no hacer mal uso de lo que leen.





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