Amor fati

 Como voz espectral que se escapa desde mi infierno personal se coló su voz hasta mis huesos. La tumba que yo cavé y que yo cerré está abierta, yo la rompí esperando encontrar descomposición y muerte. Restos de lo que alguna vez fue nuestro, un amor, una historia, nuestras juventudes y no había nada: ¿En qué momento se escapó? 

¿Por qué contestó a un sollozo lastimero? 


Hago un montón de cosas que la mayoría calificaría como estúpidas pero nunca esperando un resultado. A veces una nomás necesita sacarse del sistema esa espinita, los viejos hábitos se mueren gritando dice teilor suif. Es el impulso de la rutina, o quizás los residuos de una calma certera. En nuestros tiempos apocalípticos, ¿Soy la única que busca consuelo? No lo creo. ¿Pero soy la única buscándolo en un cementerio? Sí, eso sí.

¿Qué les puedo decir? Me gusta lo lúgubre. Me queda tan bien el look de muerta, de marchita y del frío de ultratumba, paralizada en un momento de mi vida donde pude sentir todo lo que la vida podía ofrecerme: La muerte.


Pero esto se murió hace mucho tiempo, al menos eso creí. Se murió con cada herida en mi corazón que hizo con sus desplantes, sus negligencias, su crueldad enmascarada de alzada actitud y mezquindad, su falsa paciencia, su incapacidad de escucharme, de entenderme. Se murió con cada respuesta grosera que le di, con cada ataque no provocado, sólo por la curiosidad de conocer a qué sabe su dolor. Se murió con el tiempo que dejamos pasar, con las conversaciones que decidimos terminar en vez de ahondar, se murió con el frío de su ausencia, se murió con mis imprudencias. Se murió frente a nosotros. En el último momento quise hacer algo pero ella dijo que había sido suficiente.

Al final, desearme lo mejor fue su despedida.

Y se lo pedí, le pedí que no volviera a buscarme. Tantas veces que así dizque "acabó" lo nuestro y terminábamos por volver, yo ya no podía con esto, me pesaba más la agonía de un amor que no termina de morirse y tampoco florece, sólo te enferma. Y ella lo aceptó.

Pero no lo respetó porque volvía en forma de fantasma o de pesadilla. Pero no era su culpa, yo seguía aferrada a la nada. Me tomé mi tiempo para poner distancia y seguí con mi vida: El amor que me quedó en las manos lo dirigí hacia otras personas, hacia mi escritura, hacia mi perro. Me di la oportunidad de conocer gente y enamorarme pero ya saben que eso para mí es complicado, quizá era muy pronto. Todavía sentía la amargura en la superficie de mis labios pero aseguré con tanta insistencia y ferocidad que estaba bien.




Todo comenzó hace unas semanas, ya lo escribí aquí: Empecé a recibir unos mensajes crípticos en mi NGL. Estaba segura de que era ella. Esa forma de escribir, tan formal pero a la vez incisiva la podría reconocer en cualquier lado: Las frases cortas, con puntuación. Las metáforas pretenciosas, el mensaje confuso: Parecía que no sabía qué decirme pero quería decirme algo.

Claro, no tengo manera de saber que fue ella en realidad pero yo estaba segura, un 90% segura. Apostaría mi vida a ello (Y si me muero es un win-win)

Hace una semana, exactamente el martes recibí una carta a mi viejo correo. Era ella. "Sin título." así la tituló. No era una respuesta a nada, era una carta nueva. Sentí que se me caían los calzones del espanto. Lo vi en vivo y en directo: Tenía el teléfono en las manos, los ojos en la pantalla cuando apareció la notificación. Si hubiera tenido vibración o sonido seguramente me hubiera dado una embolia. 

¿La leía? La leí.

Se sintió como una mentada de madre, una patada en el estómago: Otra vez mi corazón, que creí sanado en este asunto (aunque fuera un poco) se resquebrajó bajo sus palabras, como si ayer nos hubiéramos dicho adiós.

Ahí se fueron mis dos años de esfuerzos.




Esto es mi culpa, quiero que lo sepan. Es una mera consecuencia de mis acciones. Hace un tiempo le escribí una carta, a veces le escribo también a Karli. Les cuento cosas de mi vida, no busco reavivar nada del pasado, sólo como si siguiéramos en buenos términos y fuéramos un poquito como amistades. Literalmente no recuerdo bien qué le conté pero no era nada para que me contestara con sus "Mi corazón dice que no existes más", tú rompiste el contacto cero y ahora te estoy contestando con "Yo he aprendido, he cambiado, ¿Tú no?"

Tan pequeña me sentí entre sus palabras. Otra vez no entendí nada. Sentí que quiso decirme que me odiaba por romper el contacto cero cuando fui yo la que le pedí que me dejara en paz. Sentí que quiso decirme que ya lo superara, que ella ya me había olvidado. Sentí su desprecio y su crueldad otra vez, lo más cálido que había sentido de ella en todo este tiempo. 

Pero luego escribió "Me gusta que seas una extraña porque eso significa que hay algo qué conocer (...)"

Y volvió a despedirse con buenos deseos. 

"Amor fati" tuve que buscarlo en google y luego un amigo me lo explicó (Estoicismo, mimors, ¿Neta ese cultivo de mentalidad incel? Pls, puedes hacerlo mejor!!)



No entendí pero me dolió mucho y luego no dormí los siguientes días, ni he comido bien. Estoy asustada. Por andarle jugando a la poeta torturada abrí una puerta al inframundo, sólo para descubrir que lo que creí muerto sigue por ahí, latiendo, en agonía. No mames.




Bueno, no he recibido respuesta el miércoles que envié la mía y los mensajes "crípticos" en mi NGL tampoco han vuelto. No sé qué pensar. No tengo a nadie más por culpar que a mí misma. Esto y cualquier cosa mala que esté pasando en mi vida es una consecuencia de mi estupidez, mi impulso suicida.

Ojalá pudiera borrarme la memoria y olvidarme de todo lo que ha pasado en los últimos diez años.

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