Alcohol + autodesprecio=
Me gusta tomar por varias razones: Porque es divertido, porque me desentuma la muñeca y los dedos (dibujo y escribo con más facilidad porque no estoy sobrepensando todo), porque me gusta la resaca, encuentro algo de consuelo y epifanías en ella, porque me desinhiben. Es cierto que mi consumo *puede* ser incómodamente frecuente y es cierto que aunque no soy una mala copa he llegado a tener comportamientos cuando menos reprobables en mis borracheras más alocadas. No diría que no me avergüenzo de ello, por lo general olvido gran parte de lo que digo cuando estoy en ese estado, pero tampoco voy a decir que busco maneras de lidiar con ello que no involucren literalmente esconderme de la persona.
Pero de todos los conflictos que he iniciado, en los que me he visto envuelta y los que he presenciado, quizás el que más arrepentimiento me causa es el de la semana pasada.
Hacía mucho que no tomaba vodka. No suelo comprar botellas porque creo que ese es un paso a la adicción al que no estoy lista, por lo general sólo botellas de fourloko, jack daniel's, cabritos, new mix, caribe coolers, skys, todo eso, principalmente porque en mi ingenua voluntad me digo a mí misma que sólo beberé un día. Un día a la semana no está tan mal, ¿No? Pero es obvio otros días me dan ganas y voy por más y mis finanzas no están tan estables.
Decidí que esta vez sería realista y responsable: Una botella de vodka de 1litro. Fácil, distribuiría mis días y tiempos libres, me ahorraría dinero y serían momentos moderados.
Momentos moderados para una claramente adicta.
¡Sí, cómo no!
La situación con Ingrid siempre la he sentido un poco tensa. Luego del fin de nuestro noviazgo y la amistad, incluso previo a enamorarnos las cosas ya se sentían raras. Es complejo de explicar porque la gente se apresura a señalar a villanos y víctimas y no quiero que nuestra historia se entienda así, así que me limito a dar un resumen muy breve y muy general: Fuimos novias. Ahora somos amigas. Todo está bien. Nos queremos mucho. Hemos construido una relación cómoda para ambas.
Aunque no sea del todo cierto.
Después de varios malos encuentros, discusiones, malos entendidos y peleas ella me pidió muy amablemente que ya no volviera a buscarla cuando estaba tomando. Yo acepté. Sé que cuando tomo me vuelvo muy hocicona y empiezo a decir cosas que no diría en sobriedad porque no son chistosas o sensatas. Muchas de mis amistades y novies han tenido bastante paciencia en ese sentido (Lidiar con ebrixs cuando unx está sobrix es una pesadilla!) pero entendí de dónde venía eso que ella me pedía así que no tuve otra opción más que darle la razón y respetarla.
Y así había sido durante los últimos dos años. Tenía mucho cuidado. A veces al estar ebria me daban ganas de hablar con la gente así que me sentaba a escribirles, pero con ella siempre lo evitaba, por eso dejé de escribirle a los demás: Entrar al güats y ver su chat era una tentación, no podía arriesgarme.
Así que literalmente no sé qué me poseyó la semana pasada.
Si me lo preguntan no lo recuerdo. Si me lo piden, NO no voy a releer la conversación. Sólo recuerdo (más o menos) que algo de nuestro pasado removí, mandé fotos sugerentes y horas después las borré.
Avergonzada como estaba, al día siguiente le pedí perdón y volvimos a hablar, pero también tomé y aunque tengo poco recuerdo de eso también, sólo sé que lloré.
Lloré por borracha, hormonal y por no tener la certeza de hasta qué punto había fracturado mi amistad con ella. El resto de la semana me la pasé intentando no pensar en el tema porque obviamente la había cagado pero preguntarme POR QUÉ SENTÍ LA NECESIDAD DE HACERLO me iba a llevar a la locura.
Días después me di cuenta:
No tengo paz cuando estoy en un momento "calmado" de mi vida. Cuando mis relaciones florecen de mana sana tengo la necesidad de podarlas, lloverles encima, arrancarlas de raíz, cambiar de tierra, arruinarlas pues. ¿Por qué? Tan sencillo como que muy en el fondo -ni tan hondo xd- estoy convencida de que no merezco amor.
Les cuento todo esto porque sé que estoy bien enferma. El otro día soñé que mi familia y amistades me hacían una intervención porque querían mandarme a un psiquiátrico y yo me rehusaba (Aunque quizás lo necesito, siendo honesta, llevo días pensando en internarme)
También porque incluso cuando ahorita también estoy tomando, sería deshonesto sólo hablar de las cosas malas que otres me hacen y no las que hago yo.
Uno de mis propósitos de año nuevo era tomar más y mejor pero nunca imaginé adónde me llevaría eso (lol, totalmente mi culpa, ¡Los excesos nunca llevan a nada bueno!)
Como sea, ya les estaré contando qué sucede con esto.
Ingrid, si lees esto espero que haya perdón en tu corazón para mí y si no lo hay y ya no quieres volver a hablarme lo entiendo perfectamente.
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