Este no es un post de amor
¿Creen ustedes en el destino? Porque yo no. Creo que pasan accidentes, coincidencias, meras casualidades que se rigen por lo probable y posible, pero destino como tal no. Pensaba que si había un hilo rojo del destino yo me iba a colgar alv con él.
Pero entonces no sé cómo explicar lo que estoy a punto de contarles.
Si tienen tiempo leyéndome -en este blog, en tuiter, en fb, hasta en letterboxd- sabrán que tengo AÑOS buscando a mi gente. Coincidir con alguien en algo específico me es habitual, ¿Pero coincidir en todo? Sería un sueño.
Todo empezó un día después de mi cumpleaños. El lunes pasado -el día del eclipse, lo sé, ¡Es mágico!- cumplí 29 años. Contra todo pronóstico sigo viva. Ese día no me sentía particularmente festiva porque había estado teniendo sueños feos y tristes días anteriores así que más que nada estaba cansada, deseaba dormir un poco y eso hice.
A la mañana siguiente recibí una carta. La carta que cambiaría todo.
¿Soy primeriza en recibir este tipo de contenido? No.
¿Me sorprendió? Un montón.
Esta persona no me dijo nombre ni nada. Fue directo al grano: Que desde las sombras llevaba un tiempo observándome, leyéndome, viviéndome. Que me encontraba interesante. Y un montón de otras cosas más que no diré porque PRIVACIDAD.
Cuando me llegó el correo yo estaba ebria, la verdad, y me ondeé bien recio. Fue como si un cubetazo de agua fría me cayera encima. Un despertar a la realidad. Al momento.
Sus palabras tan maravillosas, tan sinceras, tan reales me ondearon. Esa noche me fui a dormir -y vomitar- con un dejo de curiosidad, de interés. ¿Habría sido real? Desperté a la mañana siguiente y busqué el correo y efectivamente ahí estaba. ¿Le contestaría? Le escribí.
Recibí respuesta horas después y no pude con la curiosidad, le volví a escribir.
¿Qué estaba pasando? Hacía mucho que no sentía esto. Curiosidad por alguien.
Me halagó mucho lo que me dijo, sí, pero me llamó mucho la atención su forma de escribir. Las cosas que alcancé a divisar que teníamos en común, su humor, su personalidad, la introversión, timidez, hasta terror. Todo tan bien cuidado, tan calculado, tan cuidadoso.
Nadie escribe cartas así, menos a alguien que no ha tenido trato directo contigo, eso lo puedo asegurar.
¿Por qué?
¿Por qué yo? ¿Qué hice para merecer tanta atención?
Así han pasado los días. Me dijo que éramos mutuals en tuiter, que llevábamos un tiempo siguiéndonos. Me propuse a dar con esa persona (No lo creí difícil porque soy excelente reconociendo estilos de escritura)
Además de su nombre real, su rostro y su cuenta, descubrí el montón de cosas que tenemos en común. En verdad es exorbitante, al punto de la inquietud. ¿Destino, brujería, casualidad, alguien está mintiendo?
Cada cosa que dice es como si fuera una pieza de rompecabezas que encaja perfectamente. Cada cosa que le digo le resuena como trueno.
¿Qué es esto?
Ni idea. Nunca había conocido a alguien con quién hiciera tanto a juego. Siempre había sido la ajena, la otredad, la rara, la de gustos específicos, la de pensamientos peculiares, la de sentimientos extraños. He tenido que adaptarme a todas mis relaciones y contextos:
A Karli no le gustan las pelis de terror, a mí me encantan.
El ex mimors lee filosofía, pero nunca ha tocado un libro de Stephen King.
A Ingrid le gusta la misma música que a mí, pero prefiere otra.
Adrián tiene planes de quedarse en este estado, yo quiero mudarme de planeta.
Ale cree que la gente es esencialmente mala, yo creo que es justo darle una oportunidad a alguien.
Pedro es comunista y lee mucha teoría, yo pienso más en la violencia,
Eduardo encubre sus intenciones, yo creo que la deshonestidad es lo peor en lo que puedes construir algo.
Mi pasado lentamente se desvanece como papel en agua. ¿Los nombres en tinta? Delebles. ¿Nuestra historia? ¡De casas embrujada y fantasmas! ¿El amor, la admiración, la obsesión, el miedo, la ira? Sin señales de vida.
¿Yo? Diferente. Hoy soy una nueva persona. Una Charlie Marian más creativa. Una Mariana más contenta.
¿Creo en el destino? Creo en elle. Creo en su honestidad, creo en su historia de vida, creo en sus palabras, creo en su bonita cara, creo en sus gustos, creo en sus intenciones, creo en sus defectos, creo en sus inseguridades, creo en el daño que -inevitablemente- me hará.
Creo en todo eso y creo en nosotrxs.
Van a decir que hay muchas interrogantes en este post. Supongo que sí. ¡Soy una persona curiosa, ¿Qué les puedo decir?!
Hay mucho que todavía tenemos por vivir, mucho que tenemos que decirnos, mucho que vamos a sentir, a disfrutar y a sufrir. Mucho que vamos a pelear, discutir, ignorar. ¡Y no saben las ganas que tengo de todo eso!
Ustedes lo saben. Saben lo difícil que fue mi ruptura con el ex mimors. Saben que sentí que me moría de tristeza, que no volvería a interesarme por nadie más. Y aquí estamos, dos años después de mi ruptura con esa persona.
Aquí otra vez, dispuesta a irme bien al fondo, bien recio, no me importa chocar. Dispuesta a aprender todo, a desaprender lo que conocía, a dejarme tocar, a maravillarme, a enojarme, a asustarme, a vivir. A sentir que muero y que vuelvo a la vida. A enamorarme. A que me rompan el corazón. ¡Es muy pronto, lo sé, pero también sé que esto es lo correcto, lo que me toca hacer, lo que debo hacer!
¿Saben? Muchas veces he reflexionado que he sido amada por muchas personas, de muchas maneras y quizás ya agoté mi ración de amor para esta vida. Pero luego llega más. ¿Qué puedo hacer, sino más que aceptarlo, vivirlo, disfrutarlo, sufrirlo?
Este no es un post de amor. Es un post sobre amor.
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